12 noviembre 2006

RESEÑA: El Señor de los Anillos (16)

LIBRO II: LAS DOS TORRES
SEGUNDA PARTE
1.- HACIA LA PUERTA NEGRA

Frodo y Sam se encuentran en medio de las montañas, perdidos, sin saber cómo descender para dirigirse inexorablemente hacia el Este, en busca del Monte del Destino. Son momentos de desesperación y soledad para ambos, ya que se les presenta un muy largo camino que, en principio, no saben cómo ni por dónde recorrer. Afortunadamente para ellos, no estaban solos. Así, para bien o para mal, hubieron de contar con la compañía de Gollum, que venía siguiéndolos desde su paso por las Minas de Moria.

Si bien no era la compañía de viaje más agradable para los hobbits, no es menos cierto que era la única criatura capaz de sacarlos de allí y guiarlos hacia Mordor. Así que, tras arduas negociaciones, incluyendo una promesa sobre el Tesoro, Gollum accede a guiarlos hasta la Puerta Negra, es decir, hasta las mismas murallas de Mordor.

Al contar con un guía, la marcha se hizo algo más rápida y así lograron salir de las montañas, no sin ciertos esfuerzos ni ciertas reticencias de Sam hacia Gollum, para llegar hasta un lugar peor: las Ciénagas de los Muertos, un gran pantano cubierto de cadáveres, fruto de una batalla vivida edades atrás. Tras haber cruzado tan insano lugar, el paisaje no mejoró en absoluto, ya que se encontraron en un páramo desolador, de nuevo la nada más absoluta, en donde, de no viajar con cautela, quedarían expuestos a los ojos de los espías de Sauron (de hecho, uno de los Nazgûl, montado en una gran bestia alada casi los sorprende mientras volaba en busca de noticias del Oeste).

Pero como todo lo malo se pasa, nuestros amigos viajeros, por fin, lograron alcanzar su objetivo: la Puerta Negra de Mordor. Tras una inspección a distancia de tan temible lugar, Frodo debe decidir cómo entrar. Obviamente, empresa fácil no va a ser. Estando allí pudieron comprobar cómo los ejércitos de Sauron acudían a la llamada del Señor Oscuro para el inminente combate, lo que sumió a nuestros protagonistas en una gran desesperación.

Decidido a entrar como fuera, tiene lugar una de las situaciones que influirán en la ventura, ya que Gollum sugiere no optar por ese camino y sí emplear otro más oscuro y secreto que lleva a Mordor entrando desde el Oeste, bordeando Minas Morgul, hogar de los Nazgûl. Tras haber sopesado ambas posibilidades y, pese a la oposición de Sam a fiarse de Gollum, Frodo acepta seguir a Gollum a través de este nuevo sendero y, camuflados, inician viaje hacia el Oeste.

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