28 julio 2016

Stranger Things: primeras impresiones

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El pasado 15 de Julio se estrenó en Netflix la serie Starger Things. Esta serie de ocho capítulos ha vuelto loco a medio mundo, para muchos estamos ante la serie revelación de la temporada.

No sé si es porque las expectativas estaban demasiado elevadas, o por algún motivo, pero aunque me gusta la serie y la estoy disfrutando, tengo la sensación de estar ante un producto muy bien hecho pero frio, diseñado para que la gente de treinta y muchos o cuarenta y tantos (los que pagan en casa las cosas) sientan una obligación generacional de defender la serie.

Y es que estamos ante un producto que te devolverá a la infancia idílica de los 80 acompañada por un inquietante misterio y con unas pinceladas de folletín.
Ubicada en el 83 en un pequeño pueblecito de Estados Unidos, la serie nos presenta con toda esa maravillosa nostalgia una aventura que mezcla con inteligencia Starman o ET con los Goonies con la atmosfera de una novela de Stephen King. A eso le añadimos referencias a comics, rol, cine, etc.

Hay que reconocer que la serie es una delicia visual,  la ropa, los coches, me atrevería a decir que representa mucho mejor esos ochenta (¿idealizados?) que Super 8. Y es que esta serie juega en la misma liga de la nostalgia ochentera y lo hace mejor, no mucho mejor.
stranger-thingsLo hace tan bien, pero tan bien, que en ocasiones tengo la sensación de estar viendo algo diseñado en un laboratorio para que me guste. Es demasiado perfecto, lo que me provoca una sensación de estar viendo producto prefabricado, lo que hace que eche en falta fuerza, pasión, entusiasmo u honestidad. Algunos pequeños ejemplos:

El cartel: En muchos sitios atribuyen la autoria de las ilustraciones de la película a Drew Struzan, el mítico ilustrador de carteles de cine como La Guerra de las Galaxias, Los Goonies o Indinana Jones (por poner algunos ejemplos). Pues no, Struzan está retirado, tan solo ha vuelto del retiro para hacer el cartel del episodio VII de Star Wars.
El responsable del cartel es Kyle Lambert, quien ya replicó el estilo de Struzan en el poster de Super 8.

Stephen KingLa tipografía: ¿Estamos ante una copia o un homenaje a la tipografía de las portadas de las novelas de Stephen King? y es que cuando uno ve las letras de la serie uno no para de pensar en el escritor. Pero si se fija en las tipografías de las novelas, ninguna tiene esa fuente.

La música: La serie está repleta de canciones míticas de los 80 (TOTO, The Clash, Foreiner …) pero lo que realmente destaca es la banda sonora original. Estamos ante una composición de sintetizadores espectacular, los amantes de la música electrónica disfrutarán como enanos de estas composiciones. Si bien es cierto que este tipo de música se utilizaba más para ambientar historias del futuro, en esta serie el sonido es tan ochentero que en vez de llevarnos al futuro nos lleva a la infancia ochentera. Los responsables son dos: Kyle Dixon y Michael Stein miembros del grupo S U R V I V E.

Si sumamos la música con la la tipografía tenemos una entradilla espectacular con un ruido y un difuminado que parece que estás viendo una cinta VHS. Este es uno de los muchos casos en los que siento ese exceso de perfección, todo está hecho como si fuera un superrealismo ochentero, el VHS nunca se vio tan bien.

De todas maneras objetivamente no puedo decir nada negativo de la serie (al menos por ahora) buena intriga, los niños no se hacen pesados, los clichés (que están) funcionan y no molestan y la serie engancha.

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