03 febrero 2006

RESEÑA: El Señor de los Anillos (10)

LIBRO I: LA COMUNIDAD DEL ANILLO
SEGUNDA PARTE
5.- LA DISOLUCIÓN DE LA COMUNIDAD

Hemos llegado al final de « La Comunidad del Anillo », primer libro de la Trilogía, en el momento en que la Compañía llega a los saltos del Rauros. En este momento ha de tener lugar la crucial decisión: ¿a dónde dirigirse con el anillo? Las posibilidades serían ir hacia Minas Tirith (Gondor) y enfrentar el poder de Sauron al poder de los hombres con el anillo o bien, ir hacia Mordor para destruir el tan preciado objeto.

Correspondiendo la decisión a Frodo, éste les pide tiempo para reflexionar acerca de qué ruta seguir. Se aleja del grupo y comienza a recorrer los alrededores del lugar. Pero Boromir le sigue para intentar llevar el Anillo a Minas Tirith. Pese a las aparentes buenas intenciones de Boromir, sucumbe al poder del anillo e intenta arrebatárselo a Frodo por la fuerza, momento que aprovecha el hobbit para introducírselo nuevamente en el dedo y huir de allí.

Cuando en el campamento descubren la desaparición de Boromir, comienzan las preocupaciones para Aragorn, quien inmediatamente se lanza a buscar a Frodo. Tras encontrarse con un taciturno Boromir, éste confiesa lo sucedido, separándose todos los integrantes de la Compañía para buscar al hobbit. Durante la búsqueda, estando todos los integrantes de la Comunidad desperdigados, se oye el cuerno de Gondor, lo que no hace presagiar nada bueno. Hacia donde se oye su sonido se van dirigiendo todos, excepto Sam, y, al llegar, el espectáculo no puede ser más desolador.

El primero en llegar es Aragorn, y sus temores se confirman cuando encuentra a Boromir a punto de morir, y éste, con sus últimos alientos, le implora perdón por su actuación, que él considera como una traición. A su alrededor se ven numerosos cadáveres de orcos, mientras que su cuerpo está perforado por múltiples heridas. Boromir informa a Aragorn de que los orcos se han llevado con ellos a Merry y Pippin y, tras ser perdonado por este último y prometer que él defenderá Minas Tirith, Boromir muere.

Al oírse el cuerno de Gondor, el único que no acudió a su llamada fue Sam quien, en uno de sus momentos de extraordinaria lucidez, intuye las intenciones de Frodo. Por eso, retorna hacia el campamento y consigue darle alcance. Éste ya ha tomado su decisión: irá a Mordor, pero pretendía hacerlo en solitario, cosa a la que Sam se niega en redondo. Tras una discusión, ambos hobbits se encaminan en una de las canoas hacia el otro lado del río.

En el otro lado, al carecer de tiempo para enterrar a Boromir, Legolas, Gimli y Aragorn, deciden colocarlo en otra canoa y enviarlo río abajo hacia Minas Tirith, junto con sus armas y las de los enemigos abatidos (no pocos, por cierto). Allí descubren ellos también las intenciones de Frodo, al echar de menos una canoa y el equipaje de Sam. En esta situación a Aragorn se le plantea un nuevo dilema: ¿Seguir a Frodo (y Sam, tras reconocer que él fue el verdaderamente perspicaz) o rescatar a Merry y Pippin? Los tres compañeros optan por la segunda opción, lanzándose en una veloz persecución de la tropa de orcos.


FIN DEL LIBRO I

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