PRIMERA PARTE
2.- EL BOSQUE DE FANGORN (I)
Comenzando por las aventuras de los hobbits, nada más penetrar en el bosque se dieron cuenta de que dentro del mismo sucedía algo extraño. Se percibía una sensación de odio, ira, maldad acumulada, que hacía volverse el ambiente totalmente viciado. Tanto fue así que los hobbits, temerosos del lugar en el que habían entrado, buscaron algún lugar donde fluyese el aire. Para ello, se encaramaron a una especie de terraza natural, elevada por encima de las copas de los árboles y, desde allí, contemplaron la vasta extensión del bosque, así como el resultado de la acción de los Rohirrim contra los orcos.
En dicho lugar se produjo el encuentro con uno de los personajes más peculiares de la obra de Tolkien: Bárbol. Un ent, una extraña criatura con forma de árbol, que era el guardián del bosque y, en cierto modo, el bosque mismo. Igualmente, era el encargado de vigilar a los demás ents.
Tras una breve conversación, Bárbol se ofreció a llevarlos hasta una de sus moradas, donde los hobbits gozaron de su hospitalidad, de una charla acerca de los ents y su tristeza por no encontrar ent-mujeres y de una noche de descanso (amén de unos suculentos brevajes :-D) después de sus peripecias con los orcos. A cambio, los hobbits le informaron acerca de lo que sucedía fuera de los límites de Fangorn, especialmente de la conducta de Saruman.
Con toda esa información suministrada tan apresuradamente, tan contraria a la forma de ser de los ents, Bárbol decidió convocar una especia de « concilio » con todos los ents que acudiesen, para decidir cuál sería su actuación ante los acontecimientos del mundo exterior. El Concilio se desarrollaría conforme a los usos énticos, es decir, sin apresuramientos de ningún tipo. Previendo eso, a los pocos momentos, Bárbol vino acompañado de otro ent más joven para que se quedase con los hobbits. Ramaviva, que así se llamaba, era considerado una especia de « bicho raro » por el resto de ents, dada su forma de ser tan « apresurada » :-)
La asamblea de los ents duró bastante, debido a su particular forma de expresarse, tan pausada, motivo por el cual los hobbits se impacientaron en algún momento pero gracias a Ramaviva la espera se les hizo más llevadera, permitiéndoles experimentar, efectivamente, las diferentes formas de ser de los ents. Con él se encontraban cuando Bárbol acudió para comunicarles la decisión de la asamblea éntica: irían a la guerra. Atacarían Isengard. Sería aquella la última marcha de los ents.
Creo que, al igual que ocurría con los Capítulos dedicados al Bosque Viejo, en esta parte se aprecia, nuevamente, lo que los expertos en la obra de Tolkien sostienen acerca del especial cariño que el autor tenía hacia la naturaleza y los bosques de la campiña británica, en los que transcurrió su infancia. Aquí, Tolkien caracteriza a los ents como verdaderas criaturas vivas, con sentimientos, con diferentes personalidades (el ejemplo de esto es Ramaviva que, a diferencia del resto de ents, que son « pausados », éste representa todo lo contrario. De hecho, Bárbol lo define como « apresurado », precisamente para resaltar esa diferente forma de ser) y, sobre todo, (como se verá) con un poder descomunal, que afloró, precisamente, cuando los ents tuvieron conciencia de la amenaza que, en el futuro, se podría cernir sobre ellos.
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